El País

Un país acostumbrado a las preguntas sin respuestas

Con la tragedia del ARA San Juan, varios son ya los casos llenos de preguntas sin respuestas: los atentados a la embajada de Israel y la AMIA, la tragedia ferroviaria de Once y el homicidio del fiscal Nisman.

por Ignacio Grimaldi

La infructuosa búsqueda del submarino ARA San Juan, del que se sigue sin saber qué le ocurrió tras 17 días desaparecido en el Atlántico, se suma a la lista de los muchos interrogantes de la historia de Argentina, país que mira ahora con angustia el abandono de la fase del rescate de los 44 marineros.

Con la tragedia del submarino, varios son ya los casos llenos de preguntas sin respuestas en Argentina: los atentados a la embajada de Israel y a la mutua judía AMIA, que dejaron en la década de los 90 más de un centenar de muertos; la tragedia ferroviaria del barrio porteño de Once, con 52 víctimas mortales en 2012, y el homicidio del fiscal Alberto Nisman en 2015.

Todos ellos sin contar la cantidad de accidentes aéreos y viales que también golpearon al país.

Con una sociedad que sigue preguntándose quiénes son todos los responsables de estos hechos, en las últimas dos semanas una nueva incógnita se ha instalado en el sentimiento del país: saber qué paso con el submarino militar y por qué no se le encuentra.

La Armada Argentina ha sido la institución que día a día se ha encargado de comunicar la información sobre el operativo de búsqueda y rescate, una actitud que contrasta con el silencio y falta de reacción del Gobierno en estos 17 días.

El vocero del cuerpo castrense, Enrique Balbi, señaló el jueves que se seguirá buscando el buque pero se descarta el rescate por agotarse las opciones de supervivencia de sus tripulantes.

Por su parte, el presidente, Mauricio Macri, tras esta noticia, que consternó a los familiares, decidió no dar ningún mensaje y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, visitó a algunos de los allegados de los 44 tripulantes en la Base Naval Mar del Plata y les dijo que “no hay posibilidad que haya vida”.

En respuesta, ellos le pidieron que no se abandone el rescate.

Jorge Villarreal, padre de Fernando, teniente de navío y uno de los tripulantes del ARA San Juan, denunció, en declaraciones a EFE, que les “ocultaron información desde el principio”.

“Tenemos algo mal en el discurso, porque la Armada dice que abandona el rescate y el Gobierno hoy debería haber dado duelo nacional y no lo hizo”, dijo el exmarinero y perito naval, Fernando Morales.

De esta manera, la falta de respuestas tiene en vilo a la sociedad en general, pero principalmente a los familiares de los tripulantes.

Morales aseguró que “en Argentina nunca se diferenció lo real y lo políticamente correcto”, en referencia a la comunicación oficial.

El perito identificó a “lo real” como la línea que sostenía que era muy difícil hallar con vida a los 44 tripulantes y asemejó a “lo políticamente correcto” el discurso que aseguraba que los iban a rescatar.

Sobre qué le pasó al submarino, Morales planteó dos escenarios: “Si no le creemos nada a lo que dice la Armada, tendremos que esperar encontrar la nave en el estado que esté para respondernos qué pasó”, sostuvo.

El segundo escenario que planteó supone que todo lo que comunicó la Armada es verdadero.

Entonces, para el perito tuvo que haber habido una falla eléctrica porque “los submarinos no andan explotando por el mundo”.

Por lo tanto, Morales se preguntó cómo repararon el mástil de snorkel del ARA San Juan, por donde, según alertó el comandante de la nave pocas horas antes de desaparecer en el Atlántico, ingresó agua que provocó el cortocircuito en las baterías.

Sin embargo, para el perito un cortocircuito genera una falla eléctrica pero “no necesariamente su consecuencia es la explosión”.

Además, aseguró que si hubo una explosión fue por la cantidad de hidrógeno concentrado en el área de las baterías y que, por cierto, “ese gas no debería estar presente en el lugar”.

Otra pregunta que se hacen los argentinos es por qué los más de 4.000 hombres de 28 buques internacionales no encuentran al submarino.

“No lo encontraron porque están buscando una nave de 66 metros en un área de miles de kilómetros”, consideró Morales, quien consideró “probable” que el San Juan no esté en la zona delimitada para la tarea de barrido.

Luego del anuncio de la Armada en el que dieron por finalizado el rescate, el nivel de expectativas bajó y en los familiares se sucedieron distintas reacciones.

El padre de Fernando expresó que no va a parar “hasta que los responsables vayan presos”.

Luis Tagliapietra, padre de otro tripulante del ARA San Juan, difundió un video en el que exigió al presidente Macri que se vuelva con las tareas de rescate.

Otra familiar, esposa de un tripulante que pidió preservar su identidad, recordó el último diálogo que tuvo con su marido en la que “le rogaba que no viaje, que esa navegación era un suicidio”. Pero él decía “que tenía que estar con sus compañeros”.

Si bien son sucesos diferentes, esta tragedia y el resto de incógnitas en la historia argentina tienen en común la esperanza de una solución que se desvanece en la medida que aumentan el dolor, la consternación social y la falta de respuestas del Estado, que concluyen siempre en lo mismo: un pedido de justicia.

EFE.

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